GACETA

MINDFULNESS EN EDUCACIÓN

“Empezamos desde lo que somos y desde donde estamos”

Este trimestre estoy teniendo la ocasión de impartir un taller de Mindfulness dirigido a profesionales de la enseñanza. Está siendo una experiencia muy gratificante y constructiva.

Normalmente suelo dar los talleres a demanda, y lo que más se suele solicitar desde las instituciones educativas suele ser este planteamiento: ¿Cómo podemos tranquilizar a les niñes? Claro, desde este punto de partida es muy difícil darse cuenta que realmente los que necesitamos tranquilizarnos, apropiarnos de herramientas para mantenerme presente en el aula, saber regular las emociones o estar con lo desagradable sin reaccionar somos los propios docentes. … No es posible dar lo que no se tiene, enseñar lo que no se sabe ni pretender ser lo que no se es.

Con lo cual, la importancia que tiene el nivel de maduración psicológica del docente por la influencia que ejerce en el proceso de enseñanza aprendizaje de los alumnos, es un factor muy importante a tomar en cuenta. Está claro que el docente no es crucial, pero es verdad que sí constituye un elemento que favorece o frena el proceso evolutivo de la conciencia de los alumnos. Como dice Ana MªGonzalez Garza “El llamado currículo oculto del maestro-educador que incluye su cosmovisión, así como los valores, actitudes, ideología, creencias, experiencias, expectativas y sentimientos que de aquella se desprenden, influye de manera importante en la acción educativa que realiza”.

Con lo cual, la miopía que genera el desconocimiento del propio mundo interno y la falta de recursos para vivenciar el sufrimiento desde la ecuanimidad), llegan a ser un verdadero lastre que dificulta la tarea del aprendizaje integrador e impulsar el desarrollo pleno de las potencialidades de las alumnas. Y la atención consciente momento a momento y la práctica de la meditación Vipassana va dando esa claridad a ese mundo interno que pasa inadvertido y va entrenando a la mente/cuerpo para ir encajando amigablemente los golpes de la vida.

Zarpamos desde donde estamos. Desde uno mismo hacia el mundo, el aula. Por ello, el taller está enfocado para que el docente vaya entrando en contacto con la práctica de la atención consciente momento a momento. Tocando diferentes aspectos que tiene que ver con la comprensión del origen del sufrimiento y la manera con la que vemos y vivimos la realidad. La idea es que durante las diez semanas de entrenamiento uno vaya probando unas nuevas gafas con la que percibir la realidad de una manera en la que nos situamos en el presente, estemos conectados al cuerpo, a la respiración, a las fuerzas del deseo… en definitiva, a los procesos de vida en la que inevitablemente formo parte de ella o al flujo de la experiencia sea cual sea en el momento presente.  Entrenando las cualidades de la aceptación y la ecuanimidad junto a la desidentificación y la descentración. La puerta hacia un camino de maduración psicológica que dura toda la vida.

“… está muy bien soñar con la paz y con la armonía; pero todos tenemos que empezar donde estamos. Solemos dar saltos adelante, pretendiendo ayudar a los alumnos a que se relajen, pero sin darnos cuenta de que nosotros mismos tenemos ansiedad y estamos faltos de relajación”. Daniel J. Rechtschaffen

Tenemos muchos ángulos ocultos de donde parten muchas de las actitudes, hábitos… con las que reaccionamos ante diferentes situaciones y que no hacen más que agravar el sentimiento de sufrimiento.

En la educación la información, los contenidos son importante; pero la madurez psicológica y la sabiduría vienen de la transformación. Cuando estás siguiendo un camino de desarrollo personal, estás sirviendo de modelo ante los alumnos del significado verdadero de mindfulness. Daniel J. Rechtschaffen. Para enseñar mindfulness a les jóvenes tenemos que empezar por nosotras mismas. Cuando deshacemos todas las proyecciones que tenemos sobre el mundo y empezamos por nosotros mismos, ya estamos ejerciendo de modelos.

…. En vez de abordar la misión inmensa e imposible de acallar el mundo que nos rodea, podemos aprender a advertir y a estar con la charla desenfrenada que tiene lugar dentro de nuestra propia mente…. En vez de intentar que los niños que están en el patio de juegos no riñan tanto, podemos empezar por darnos cuenta de la ansiedad que nos está produciendo ese barullo. Cuando aprendemos a sentir la ansiedad que tenemos en el cuerpo, a advertir la tensión y la pauta de la respiración acelerada, podemos tener un sitio por dónde empezar… sin necesidad de que cambie nada, podemos ser esa luz que atraiga y sirva de guía a los alumnos. Daniel J. Rechtschaffen

Danel Iñurritegi