Un día para indagar a niveles más profundos.
Una de las maneras más eficaces de impulsar nuestra práctica diaria de meditación es el retiro. Un día de retiro puede ser de gran ayuda en nuestro camino. El efecto de la práctica intensiva que se realiza multiplica exponencialmente la posibilidad de indagar y sentir con más claridad los beneficios del trabajo meditativo.
Estos retiros tienen como objetivo ofrecer a todas aquellas personas que han tenido ya algún contacto con la meditación, una posibilidad de bucear e ir profundizando un poco más allá de lo experienciado en las salas o en su propia casa.
Son muchas las personas que han descubierto este espacio de 8 horas en silencio y nos han transmitido el gran cambio que han supuesto en su camino de aprendizaje.
Este retiro urbano está enfocado principalmente para personas que buscan una profundización en su práctica meditativa pero que por circunstancias personales no tienen la posibilidad de hacer un retiro de más larga duración.
Es un día de practica intensiva. Se plantea como un espacio de autocuidado a través de la práctica de Qi Gong que nos permite conectar con nuestro cuerpo a un nivel más intimo y energético.
Disponemos de las condiciones necesarias para poder estar un día en un espacio protegido, dándonos el regalo de acercarnos a todas nuestras dimensiones que en el día a día se van relegando porque lo inmediato cobra más fuerza que lo importante.
Seremos invitados, guiados, a la vivencia del momento presente y el encuentro con el silencio interior en unas condiciones que lo facilitan. El silencio de palabra favorece poder adentrarnos en el silencio interior que nos abre a comprender lo que somos, experimentándonos en todas nuestras dimensiones.
Trabajaremos y observaremos el cuerpo para desbloquearlo y sentir el flujo energético.
Nos abriremos a la sensibilidad, al sentir, a lo que se despierta a nivel emocional: ¿Qué siento?
A menudo congelamos nuestra capacidad de sentir porque nos lleva a terrenos que no nos permitimos experimentar. Para recuperar la capacidad de sentir hay que acercarse pacientemente al propio cuerpo para reconocer y nombrar las sensaciones más elementales preguntándose: ¿que estoy sintiendo?
Seremos guiados a través de la atención consciente con la respiración a la observación de la mente: ¿Qué pienso?
Y nos acercaremos a la vivencia del ser profundo: ¿Qué soy?
Estos aspectos que forman la unidad qué es el ser humano los intentaremos vivenciar con la ayuda de la atención consciente a todos los procesos que se vayan desarrollando a lo largo de la práctica.
La fuerza de una práctica compartida con otros compañeros nos va a ayudar y va a ser soporte de nuestra propia práctica.
Por estos motivos os invito a haceros este regalo, tan necesario, y la mayoría de las veces ignorado, que es un retiro urbano.
Isabel Markalain y Fer Gorostiza