Entrar / Login

25 DÍAS DE GRATITUD

Gracias hoy por la vida, por la Vida, por la fuerza vital que nos atraviesa, que compartimos, que recibimos y que damos. Por este misterio que aceptamos. Por la oportunidad en este tiempo y este espacio que vivimos para contribuir a un mundo con menos sufrimiento.

Gracias por las pequeñas cosas. Por esos detalles, gestos, presencias calladas, sonrisas, miradas… que nos confortan y animan. Gracias por esas cosas simples dentro y fuera de nosotr@s que nos pasan desapercibidas y que sostienen nuestra vida.

Gracias por los alimentos. Gracias por poder nutrir el cuerpo cada día. Por la tierra y todos los ciclos que los generan. Gracias por disponer de ellos y por poder apreciarlos. Gracias a quienes los cultivan y cuidan y los hacen llegar a nuestra mesa.

Gracias por el agua. Gracias por la fuente y el medio de la vida en este planeta azul 🌍. Somos agua, agua compartida que intercambiamos con todos los seres vivos que son, han sido y serán.
Gracias por disponer de ella.
Ojalá seamos responsables de su cuidado.🙏

Gracias por el aire. Por esa substancia que nos rodea, gracias por la atmósfera que nos acoge y recoge. Gracias por el oxígeno que respiramos. Gracias por el ciclo de intercambio con los vegetales marinos y terrestres en una gran respiración compartida.
Gracias por ser conscientes de que este aire nos une a todos los seres vivos y a todos los ciclos de la vida.

Gracias por la consciencia.
Gracias por la oportunidad de poder observar, aunque sea de forma limitada, nuestros pensamientos, sentimientos y sensaciones.
Gracias por poder conocer nuestros condicionamientos, reacciones y hábitos.
Gracias por ser conscientes de nuestros límites y limitaciones, por alcanzar la comprensión de que nada nos separa y que todo nos une.

Gracias por la meditación.
Gracias por este medio de consciencia y crecimiento.
Gracias a todas las personas que han practicado y practican, por quienes han afinado esta herramienta, la han enseñado y por quienes hoy la transmiten.
Gracias por las facilidades para la práctica.
Gracias por poder compartirla.

Gracias por la amistad.
Gracias por este vínculo de afinidad, de solidaridad, de simpatía que es independiente del tiempo y de la distancia.
Gracias, porque la amistad nos libera del individualismo y de la soledad.
Gracias por nuestras amigas y amigos.

Gracias por el aprendizaje, gracias por los aprendizajes.
Gracias por poder in-corporar las lecciones y experiencias de la vida.
Gracias por poder aprender de quienes nos preceden y de quiénes nos siguen. Gracias a ellas y ellos por su generosidad, presencia y entrega.
Gracias, también, por poder aprender a dejar de cometer errores, a dejar de causar y causarnos daño.

Gracias por el silencio.
Gracias por poder cultivarlo.
Gracias por ese espacio para escucharnos y conectar con nuestro interior contemplando el presente con serenidad.
Gracias por la oportunidad de descubrir la armonía y el flujo de la vida que, a veces, el ruido interno y externo nos nos dejan percibir.

Gracias por las emociones.
Gracias por poder sentir, por poder valorar, por poder escuchar y conectar nuestro mundo interno y nuestro entorno.
Gracias porque las emociones tejen nuestras relaciones.
Gracias por poder detectarlas, gestionarlas, expresarlas, integrarlas.
Gracias por poder descubrir en nuestras emociones nuestra naturaleza condicionada y, a través de esta conciencia, seguir el sendero para liberarnos de la insatisfacción junto al resto de seres.

Gracias por la bondad, por ésta cualidad que nos permite elegir el bien para nosotros y nuestro entorno.
Gracias porque la bondad nos recuerda el valor del cultivo de la empatía, la compasión y el cuidado.
Gracias porque la bondad nos reconcilia con nuestra esencia y nos aporta esperanza en el poder de los seres humanos para construir un mundo mejor.

Gracias por la vulnerabilidad.
Gracias por la consciencia de la fragilidad de nuestro cuerpo, de la limitación de nuestra mente, de las inconsistencias de nuestro yo.
Gracias porque reconocer nuestra vulnerabilidad nos recuerda nuestra impermanencia, nos conecta con la vulnerabilidad de los demás seres, nos baña de humildad.
Gracias por que sintiendo la vulnerabilidad podemos entender la necesidad de cuidarnos, de cuidar. Gracias por poder sentirnos interdependientes, necesitados de apoyo y colaboración.
Gracias por poder establecer espacios de seguridad flexibles que nos acojan y nos abracen al mismo tiempo que nos permitan crecer.

Gracias por la terapia.

Gracias por este espacio para comprendernos, buscar el equilibrio y sanar.
Gracias por todas las herramientas terapéuticas que tienen su encaje en los diversos momentos y situaciones de la vida.
Gracias por la terapia que nos hace superar los momentos difíciles y por la que nos ayuda en mejorar nuestras habilidades para los desafíos de esta vida cambiante.
Gracias por quienes se han preparado y tienen la generosidad de compartir experiencia y conocimiento para ayudar a los demás.

Gracias por el cuerpo, por poder experimentar la vida en cada latido, cada respiración, cada movimiento.
Gracias por los sentidos que nos abren al entorno. Gracias por este organismo que da y que recibe.
Gracias porque este cuerpo es un medio de conciencia y de mejora.
Gracias por la adaptación, el cambio, la transformación, que nos conectan con el flujo y la impermanencia de la vida.

Gracias por el pensamiento.
Gracias por ser capaces de buscar respuestas y abrirnos caminos hacia la comprensión.
Gracias por el poder de reflexión, por poder encontrar claridad en los momentos de duda y luz en la oscuridad de la incertidumbre.
Gracias por poder aprender y desaprender, por poder decidir.
Gracias por poder ver el pensamiento como una actividad más de la mente condicionada y por poder generar una conciencia sabia sobre su actividad.

Gracias por el cambio.
Gracias por poder transformarnos, por poder tener nuevas oportunidades y aprendizajes, por ser caminantes.
Gracias por poder crear. Por ser capaces de hacer de algo aparentemente inútil, desagradable u oscuro una fuente de crecimiento, luz y belleza.
Gracias por las transiciones y por los procesos que podemos vivir conscientemente.
Gracias por poder reconocernos impermanentes, transitorios, surgiendo y cesando, naciendo y muriendo, por los pequeños comienzos y fines de cada día.

Gracias por la salud.
Gracias por nuestro equilibrio físico y mental, y gracias por la oportunidad de cuidarnos mejor cada día.
Gracias por tener recursos de ayuda ante la falta de salud y por todas las personas dedicadas a cuidar y sanar a los demás.
Gracias por entender que nuestra salud es también la salud de nuestro entorno, de las personas y seres que viven a nuestro lado y la de todo el planeta.

Mini Cart 0

Tu carrito está vacío.